domingo, 16 de enero de 2011

En mi niñez...

Corre el año 1994, a mis ocho años de edad, en mi natal pueblo recuerdo perfectamente, me involucre con todos los asuntos relacionados con las cuestiones eclesiasticas, es decir, la iglesia católica, quiza como muchos de ustedes; siempre hay alguien de la familia que tiene que ver para que esto pueda suceder, en mi caso, pues mis abuelos, siempre tan católicos y cristianos.
Pero bueno, resulta que ha esa edad yo era algo asi como el que acompañaba al sacerdote en las misas, era el akolouthos segun el lenguaje griego, es decir, el acólito, al mismo tiempo impartia una serie de platicas para la gente adulta, las cuales debian prepararles en una formacion espiritual, sin embargo, siempre habia algo dentro de mi que me decia que faltaba algo, ¿saben? es como cuando comes pero no te sacias.
Decidi a esa edad hacer algo diferente, he intertar buscar de que se trataba esta ruido interno, a los pocos meses solo por hobbie, decidi hacer globoflexia, dando un excelente resultado. Me gusto tanto la idea de que pense hacer algo para que la gente admirara mi trabajo, sin dudarlo adquiri una peluca, una nariz postiza, maquillaje y sali a la aventura.
A los pocos meses motivado por amigos de mi madre, monte un show bajo el lema de "Música, diversion y sorpresas a montón". Fueron tantas experiencias buenas, con niños, jovenes, adultos; el hacerles reir no era un trabajo facil, sin embargo tuve exito... ¿quién iba a decir que este era el primer paso para resolver mi duda sobre mi vacio interno?, sin emabrgo, los aplausos, los alagos de la gente, sus comentarios buenos y no tan buenos que de alguna forma me motivaban a mejorar mis circunstancias.
Hare un pequeño parentesis y contare una anégdota que me ocurrio en esta etapa: semanas antes de irme a a trabajar en el espectaculo, recibimos mi familia y yo obviamente, la noticia de que un familiar habia fallecido en los estados unidos; el traslado del cuerpo estaba programado para las semanas siguientes y para mi mala suerte resulto ser el dia de mi show; mi obligacion era estar feliz para hacer sonreir a los demas, pero mi alma y mi corazón estaban tristes al  saber las circunstncias tan complicadas por las que pasabamos, era mi trabajo y debia entregarme a mi gente.
Pues como ven, a mis ocho años ya tenia tres oficios que cumplir, por aun lado acompañar a los sacerdotes de mi tierra, por otro compartir con la gente platicas o conferencias y finalmente el medio artistico, claroo de un nivel bajo, pero no menos impirtante que otros.


Tres cosas que hacia al mismo tiempo, las represento ahora en estas tres fotografias.....

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